sábado, 25 de septiembre de 2010

Nada ni nadie

Ganar una batalla, entre tantas batallas a las que nos enfrentamos día a día, y al final nuestra batalla es la más importante entre todas.


Cuando se quiere ser libre, primero se tiene que romper con las cadenas a las que estamos presos. Con decisión o sin ella, el juego es peligroso cuando te dejas llevar por lo bueno y no ves las letras pequeñas del contrato, mal recomendación para los principiantes con sueños e ilusiones, que dan hasta la vida por cumplir sus objetivos.

Cada quien puede tomarlo como le convenga, supongo que la mayoría pasó por algo similar; dar, rebasar las propias fronteras de los ideales, por conseguir aunque sea algo cercano a lo que se lucha.

Llegan las críticas, los que decía ser amigos se alejan, miles de culpas que no tienen por que serlo se encajan en el pensamiento, y el corazón queda deshecho por entregarse simplemente a algo que no vale la pena.

El camino es tan largo, incluso hasta después de la muerte; la cuestión es no creer en las personas que lo único que quieren es que no brilles y utilizan el talento hasta exprimirlo y dejarte seco. Saber bien lo que vales y lo que eres, solo tú puedes acabar contigo, aunque los otros parezcan fuertes y con más poder que tú.

No vale la pena entregarse en cuerpo y alma a alguien o algo, que no va a regresarte ni la mitad de lo que le das, dígase empresa, pareja, situación, etcétera. Al momento de caer y tocar fondo, es natural que las alas se quiebren, sin más, existe la grandeza de renacer y valorarse un poco más que antes, ser mejor que ayer ya que haz aprendido.

Siempre se puede sobrevivir para después vivir, en algún momento de la vida se tiene que equilibrar sentimientos con pensamientos, cuando se logra, se puede volar tan alto hasta alcanzar la cima que se ha propuesto desde antes de comenzar a volar.

Nada ni nadie puede o debe limitarte, sueña, realiza, equivócate, tropieza, levántate, mira al cielo y da gracias a la vida por hacerte tan fuerte, con tantos fracasos impuestos por el destino, vivir sin miedo.

1 comentario:

  1. existen varios motivos que determinan el grado de libertad con el cual puede vivir y desenvolverse una persona. entre ellos estan la formación psicológica durante la niñez, la cantidad de información que la persona pudo haber asimilado a lo largo de su vida académica, la capacidad de socializar de un individuo, entre otros. sin embargo, muchas veces, el mayor impacto proviene de la experiencia adquirida a lo largo de los años vida, lo cual depende de una combinacion de los anteriores. eso es lo que determina ese grado de libertad con el que una persona pueda conscientemente vivir. de esta libertad normalmente depende la voluntad de una persona y su capacidad para salir adelante ante cualquier situación dada.

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