Diariamente
El Artículo 5º. de la ley antes mencionada cita: “La radio y televisión tienen la función social de contribuir al fortalecimiento de la integración nacional y el mejoramiento de las formas de convivencia humana”.
En el anterior, también se encuentran puntos importantes tal como, afirmar el respeto a los principios de la moral social, la dignidad humana y los vínculos familiares; evitar influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armónico de la niñez y juventud; y contribuir a elevar el nivel cultural del pueblo, reglas que hoy parecen no importarles a los medios.
La `mala influencia´ de televisión nacional, llegó corriendo a las mentes de `creativos´ regios, que ni tardos ni perezosos invadieron las barras de programación con contenidos estúpidos e idiotas, ridiculizando localmente a cuanta `persona especial se encontraban en la calle.
Uno de los lemas más usado por los `reyes´ de la televisión local es: “Al público lo que pida”, la pregunta es: ¿A quién conoces que llame a las televisoras pidiendo ver bailar a abuelitos, personas pequeñas y de capacidades diferentes? Y de los programas de radio, mejor ni opinar, aún no he podido comprender como se ha atrofiado la forma de entender.