martes, 27 de julio de 2010

La espera del no saber

El sentimiento de no saber, no se compara con nada. Tener un cuerpo tendido para saber su fin, una visita a cualquier cementerio para tener un lugar en donde se pueda llorar. Saber, es lo que muchas familias quisieran.

La cifra de desaparecidos en México, en especial en el norte del país, no se conoce con exactitud, lo que si se conoce, es que cada vez son más y más las personas que ya no regresan a casa, ¿razones? Pueden ser muchas, la mayoría de las familias no conocen el motivo, y tal vez nunca lleguen a saber la razón del `levantón´ ni el paradero de su ser querido.

Despertar, otra vez sin dormir, ya no se sabe si se tiene que ir a trabajar o a la escuela, no se sabe la fecha del calendario, solo se cuentan los días, semanas, meses, incluso años, desde la ultima vez que lo vieron. ¿Desayuno, comida o cena? Quizá nada… ¿son vacaciones? Quizá un cumpleaños… sin despegarse del teléfono… puede sonar… ¿autoridades? Quizá ya no, quizá ni por la cabeza ha pasado ir con ellos.

Veladoras con esperanza, sonrisas de consuelo entre ellos, absurdas y agrias horas esperando… es la cruel realidad con la que miles de familias viven a diario en la espera de que regrese el desaparecido…

La televisión solo es necesaria para los noticieros, y cuando hay coberturas especiales de esos hallazgos macabros, se siente la necesidad de saber más que los propios periodistas… quieren saber más, intentar no encontrar en los pedazos alguna prenda, insistir en la esperanza debida.

Los días duelen, duelen mucho. Los amigos se alejan, quien menos se piensa llega y se queda. El rostro les cambia, la voz tiene un toque de desesperación y la mirada se pierde entre los recuerdos.

Es la espera típica del no saber, ¿cuántas personas saben lo que es vivir esa situación? Eso no se le desea ni a tu peor enemigo, se vuelve parte de ti y jamás te abandona, lo encuentres o no, no te abandona, sigue y seguirá.

miércoles, 14 de julio de 2010

La adaptación

A menos de 15 días del caos llamado “Alex”, parece que la vida empieza a reubicar ciertos criterios en la sociedad, tal vez será que las personas quieren volver a sentirse como antes: con miedo.

Es bien sabido que miles de personas en Nuevo León, sufrirán las consecuencias de ese conocido fenómeno durante mucho tiempo, nosotros mismos estamos concientes de lo sucedido, pero ¿quién se libra del pánico por la inseguridad? Pues nadie, quiero dejar claro que no es que su servidora quiera ser negativa, sin embargo, hoy me di cuenta de que la gente quiere ver, escuchar y leer cosas sobre los hechos violentos que acontecen durante el día y la noche en nuestro estado.

Parecería que la gente necesita esos temas negativos para sentirse ‘en casa’, ¿hablar de eso en la hora de la comida? Para nada natural, si tenemos en cuenta que muchas personas damnificadas reclaman a nuestros gobernantes que no han recibido comida y agua en las últimas casi dos semanas.

No vamos a salir adelante si nosotros mismos le ponemos un ‘apartado’ a la precaria situación que nos dejó marcados, si nosotros mismos no nos ayudamos, definitivamente la ayuda de otras partes de México va a perder sentido, hay que pensarlo varias veces, basta recordar el miedo que todos sentimos por lo menos 1 hora en esos días de tormenta, simplemente pasar por el Río Santa Catarina, donde puede que muchos cadáveres más estén enterrados entre el lodo que ahora lo adorna.

No se puede maquillar el dolor con morbo, no es sano, al final hay que pagar la factura, y puede que sea muy cara. Imaginen el tiempo que realmente se tardarán en normalizar la situación en los municipios de Nuevo León, nuestra vida quedó afectada, hay que aceptarlo y ponernos a trabajar para que todo sea mejor que antes, no hay que distraernos con juegos en los que no estamos invitados, yo no digo que no seamos espectadores, lo somos, pero eso no quiere decir que tengamos que volcar toda nuestra vida en esos personajes que actúan sin importarles el efecto domino.

martes, 13 de julio de 2010

TODO PASA POR ALGO


Hace meses había decidido hacer un nuevo Blog, lo hice, y después lo abandoné por cuestiones de tiempo. No me siento orgullosa de eso, aunque si puedo decir que todo pasa por algo.

Hoy ya es tiempo de que vuelva a dar mi punto de vista muy personal, me gusta que todo quede grabado.

En Nuevo León han pasado muchas cosas, la ola de violencia se incrementó, llegó un amigo llamado “Alex” (sí, odiamos las lluvias de ese tipo), tenemos políticos que aparecieron de la nada para trabajar, y otros héroes amenazados.

En México, se nos fue mi gran Carlos Monsiváís, políticos asesinados también se fueron sin dejar explicación, y más cosas fúnebres.


Empezó y terminó el Mundial (el primero con Twitter); conocimos al pulpo Paul (quiero una estampita); los mexicanos odiamos a Maradona; conocimos al nuevo héroe de Rayados el “Oso” Osorio; nuestra Selección regreso sin nada; ganó España, y me enamoré del beso entre Iker Casillas y su novia Sara Carbonero (reportera).


Los fantasmas se expanden en nuestra tierra, la cruda realidad nos visita más latente cada madrugada, las manos se encuentran más distantes y perturbadas, ya no se puede desterrar al miedo que nos mantiene cautivos. Más no decían lo que iba a ocurrir en realidad, cambios que se vuelven fantasías siniestras, nunca llegarán.

Cosas buenas (o extrañas) llegan al mundo, nos distraen provocando sonrisas y convirtiéndose en temas de sobre mesa, mil veces preferible a que las balaceras, la inseguridad, “Alex”, el político asesinado, la ingobernabilidad, etcétera, se conviertan en protagonistas de nuestros momentos felices.